Le agradezco a mi entrañable amigo Tchomi, este regalo para los seguidores de mi blog. Un cuento basado en una historia real que demuestra que los animales comprenden los sentimientos, es cuestión de observar a nuestras pequeñas mascotas para darse cuenta que ellos también sienten los impulsos del corazón.
"NALA" LA PERRITA VALIENTE
Podría muy bien, ser un pequeño cuento imaginado. Para contar con
amor a los pequeños ya en la cama
preparados para entrar en el sueño.
Podría muy bien serlo más si lo que les
cuento aconteció de verdad, así como sus personajes que le dan vida, entonces
mejor, que mejor…………
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“Era
una tarde apacible de la primera semana de verano. Estaba con mi perra “Nala” disfrutando en un pequeño
estanque del retiro, junto a una cascada. Sentado al borde del agua sobre la hierba,
todo estaba en calma, el agua tranquila con algunas hojas flotando. En el
centro del estanque nadaba un pato menudo y aquietado. Nala disfrutaba mordiendo las ramas y con deseo de lanzarse al agua
para refrescarse.
De
pronto todo cambio a modo de una obra de teatro, por el lado opuesto, entra
en escena al agua una bonita pata, con 10 lindos patitos, pequeños, juguetones y
obedientes a la guia de su madre. Nuestra alegría se hizo notar y todo parecía
que marchaba bien, si no fuera porque la mamá pata se empezó a poner nerviosa
ya que desde una esquina del estanque apareció un elegante Cisne Negro, pero no
con buenas intenciones. La pata defendía con sonidos y su presencia a sus
patitos, pero no era suficiente, el Cisne Negro avanzaba hacia los patitos,
hasta llegar donde estaba la perrita. En ese momento la perrita negra Nala, salió en ayuda de los patitos y
ladró con fuerza y determinación al Cisne Negro. Este se enfureció y fue directo hacia la orilla donde
se hallaba la perrita Nala, con una
posición también elegante pero desafiante. Nala
se mantuvo firme y siguió ladrandole por un largo minuto. Finalmente “la perra valiente venció y El Cisne
Negro se alejó y dejó de molestar a los
10 patitos y a su madre.
Nala fue felicitada y los patitos quedaron tan libres, que se quedaron
jugando y dándose chapuzones con el culo en pompa, durante un buen rato.
Nala y su amo observaron disfrutando durante
un buen rato con los patitos. Y a la
perrita valiente Nala según su expresión de la cara, parecía como
si dijese: “Que bien me siento” Aunque para su amo que la conocía bien , Nala………..
estaría pensando ¡¡como me lo
pasaría nadando con estos patitos..verdad!!
Fin
Tchomi
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