Es Posible conciliar el tiempo de vacaciones de placer, playa y relax con los actos religiosos.
Viernes Santo, una procesión sencilla, sin carrozas, a hombros entre sus cofrades fue procesionando el Santo Entierro por las calles del centro de la localidad, con mucha devoción entre visitantes y vecinos.
Me impresionó como la gente, pese a estar de vacaciones, no se olvidó de dedicar una parte de su tiempo a practicar la religión y aun más, las palabras de su párroco que expresaba su agradecimiento por el silencio y recogimiento con el que cada año discurre el recorrido, a la vez que invitaba a sus fieles a demostrar sus creencias religiosas.
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